Un sendero de unos 4,5 km. lleno de rincones con un especial encanto.
Se comienza (en el caso de hacerlo andando) desde unos aparcamientos situados en la carretera de Benahabís.
En mi caso, subí por la carretera que va al pueblo de Benahabís, y una vez llegué al Mirador de las tres Pérgolas, comencé el recorrido.
El sendero está lleno de mágicos rincones durante todo el recorrido.
Una vez recorrí la zona de umbría y salgo a la parte en donde daba el sol, pude disfrutar de un hermoso día, después de haber estado lloviendo casi toda la semana.
Para los amantes del senderísmo, también tiene lugares de descanso y de picnic.
Pero el día, a lo que te invitaba, era a seguir disfrutando del sendero.
En dónde también se encuentra el merendero de la ermita de la Virgen de las Nieves.
En mi caso, subí por la carretera que va al pueblo de Benahabís, y una vez llegué al Mirador de las tres Pérgolas, comencé el recorrido.
El inicio de la ruta no puede ser mejor.
Un impresionante puente de madera que cruza el río, nos da la bienvenida.
Y comienza una corta pero técnica subida.
Dónde nos encontramos con un subida en zigzag que te obliga a poner pie en tierra.
Y también, te recompensa con unas estupendas vistas del lugar.
El sendero está lleno de mágicos rincones durante todo el recorrido.
Y por donde hay que pasar sobre la acequia, tiene unas pasarelas metálicas por las cuales se puede rodar sin problemas.
Además, encontramos una descripción de los árboles y arbustos más representativos de la zona, con una placa en su base en la cuál se describe sus características.
Una vez recorrí la zona de umbría y salgo a la parte en donde daba el sol, pude disfrutar de un hermoso día, después de haber estado lloviendo casi toda la semana.
Y continuar con el disfrute de vistas como esta.
Para los amantes del senderísmo, también tiene lugares de descanso y de picnic.
Pero el día, a lo que te invitaba, era a seguir disfrutando del sendero.
Y en la zona más alta, tenemos estos pilares de protección que se pueden observar desde la carretera.
Y descendiendo por el lado sur, las vistas de los dos puentes que cruzan el río junto al campo de golf, y al fondo...el brillo del mar...son un verdadero placer.
Continuo el recorrido, una vez cruzado el río, en dirección norte, para terminar el recorrido circular de esta estupenda ruta.
Pasando entre las rocas...
O bien, rodeándolas...
Los pasajes son mágicos.
Llego a la pequeña balsa conocida como "el Pantano de la Leche".
Y tras una inclinada subida, imposible de subir por lo sueltas y resbalosas que estaban las piedras...
...llego a la parte alta, paralela a la carretera y en donde se encuentra la explanada de los aparcamientos.
Allí termina el recorrido.
CONCLUSIÓN:
Un recorrido corto, pero que se hay aún más corto por lo encantador de cada uno de sus rincones y las estupendas vistas.
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